Como ya les había contado, estuve tres semanas fuera de China, en unas vacaciones para poder descansar y alejarnos de la rutina, del trabajo y también de la contaminación. Fue un hermoso viaje con Alain por Grecia y Egipto, mis dos países soñados.
Pero tan pronto llegamos a Grecia…. ¡nos encontramos con los chinos! Ya en nuestro primer día, mientras visitábamos la Acrópolis me fui dando cuenta de cómo es el turismo chino en el extranjero, una oportunidad única de ver desde el otro lado como funcionan las cosas. Así que en este artículo quiero hablarles precisamente de este tema: el turismo chino: algunas aproximaciones generales para que nos hagamos un idea de cómo funciona este mercado.
Primero, generalmente los chinos viajan en grupos grandes. Muchas compañías en China ofrecen paquetes turísticos que incluyen vuelos, hoteles y comidas. Así, los chinos se aseguran que tendrán lo básico incluido y todo organizado. Y es que el turismo chino al extranjero es relativamente nuevo, desde finales de los años 70, que en sus inicios era exclusivo a través de agencias de turismo, algo que se ha diversificado en los últimos años junto con su mayor capacidad adquisitiva pero la tendencia sigue siendo el de grandes grupos de turistas con un guía con la típica banderita.
Además, son principalmente viajes que aprovechan de visitar más de un país, generalmente dos o tres. Conversando con gente local nos mencionaba que el turismo chino es fuerte, pero fugaz, es decir son grupos que se quedan a lo sumo dos o tres días en cada destino, lo mínimo para conocer los lugares turísticos principales. Es algo que también caracteriza al turismo dentro de China: tienes una agenda apretada, con visitas a fábricas y poco tiempo libre.
Y es que los chinos no dedican muchos días a viajar, generalmente son de 7 a 10 días, porque tienen pocas vacaciones, así que si van a viajar a un país lejanos (como podría ser América Latina), es mejor aprovechar y visitar varios países a la vez.
Quizás la barrera más grande que se enfrentan los chinos es la de la cultura y el idioma (bueno, algo que los que vivimos en China sufrimos también), que se minimiza cuando uno viaja en grupo: las agencias eligen hoteles y restaurantes más amigables al turismo chino y eso se agradece. Hay que recordar que también la cultura china es colectiva y no individualista, por lo que el viajar en grupo es una práctica normal.
Algo que nos llamó la atención en Grecia es que era bastante amigable al turista chino: algunos restaurantes con menús en chino estaban llenos, joyerías con carteles señalando que aceptaban como forma de pago UnionPay, libros e incluso camisetas típicas de «Yo estuve en Santorini» estaban disponibles en idioma chino.
Otra cosa muy interesante es ver dónde se gasta el dinero. Es costumbre que al regresar de un viaje, uno compre pequeños recuerdos o comida del lugar que se visitó, es una regla social muy importante. Por lo menos dentro de China es normal ver en las terminales de trenes, aeropuertos y lugares turísticos comida típica en cajas con las imágenes de los lugares más representativos. Es una forma de decir «me acordé de ustedes» y de hecho cada vez que viajo, compro comida del lugar y lo reparto entre mis compañeras.
Otra forma de gastar el dinero es en los famosos «duty free» y las tiendas de lujo o grandes tiendas. Como mencionaba más arriba, en Grecia más de la mitad de las tiendas de relojes aceptaban medios de pago chinos y corroborando con estadísticas es en éste sector donde más gastan los chinos: relojería y joyería y si buscamos una categoría más amplia; la de la moda y no tanto en comida o espectáculos.
Como conclusión me gustaría dejar algunas ideas sobre cómo un país extranjero puede ofrecer una mejor oferta al turismo chino: principalmente es hacerlo lo más fácil posible para los turistas: Conocer la cultura china. Tan fácil y difícil a la vez pero que pasa por detalles tan simples como tener el menú en chino o las instrucciones básicas traducidas, saber que los chinos se levantan muy temprano y almuerzan a las 12.00 y que es imperdonable no tener una tienda de recuerditos a mano. Pequeños detalles que sumados hacen la diferencia para que un destino turístico pueda destacarse sobre otro.
