10 consejos para integrarse en la sociedad china

Cuando nos planteamos el objetivo de viajar a China para pasar una temporada, el aprendizaje del idioma suele presentarse como una cuestión primordial y casi ineludible. Sin embargo, más allá del nivel de desparpajo o dominio que uno adquiera con el mandarín o el cantonés, hay toda una serie de aspectos a considerar por quienes busquen hacerse un hueco en la sociedad china. Por eso, en este artículo me gustaría ofrecer 10 consejos que me han resultado de gran ayuda durante mi particular periplo de investigación social en este país.

1- Intenta vivir con chinos o, al menos, tener vecinos chinos.

Este consejo va especialmente dirigido a quienes planeen entrar al país a través de un visado de estudios.

Sé que suena muy tentador llegar a la universidad y ponerte a vivir en la residencia de estudiantes internacionales, pero a cambio de las facilidades burocráticas que acompañan a esta opción pierdes una gran cantidad de oportunidades para acercarte a las claves de la vida local.

En primer lugar, en la mayoría de campus universitarios de China, los estudiantes extranjeros viven en residencias claramente separadas de las residencias de estudiantes chinos, lo cual complica bastante la posibilidad de adentrarse en los espacios de su vida cotidiana. En segundo lugar, establecer lazos con la comunidad extranjera puede suponer una traba para poder hacer amistades chinas, ya que la integración socio-cultural no es una prioridad para muchos de ellos, y en más de una ocasión te encontrarás con que su actitud hacia la gente y la cultura local no te va a resultar de ayuda.

En cuanto a los trámites burocráticos necesarios para residir por tu cuenta, es posible que sean más o menos complicados dependiendo de la universidad y la provincia en la que estudies, pero si quieres sacar el mayor partido a tu estancia, te aconsejo que seas paciente durante las dos primeras semanas y realices el esfuerzo de pagar por un hotel o albergue hasta que des con tu “entorno chino” y te lo reconozcan como lugar de residencia.

2- Trata de tener más amigos chinos que extranjeros.

Pese a que muchas veces les puede la timidez, los chinos en general, y los estudiantes universitarios en especial, sienten un gran interés por relacionarse con los extranjeros y son muy amables con nosotros, aunque también es cierto que tienen ciertas preferencias por aquellos que encajan con la imagen hollywoodiense de los norteamericanos y los europeos de tono paliducho.

En muchas ocasiones he oído a extranjeros quejarse de que los chinos sólo se acercan a ellos para practicar inglés, pero a mí me parece que ese es un aspecto natural del intercambio que acarrean las relaciones sociales en general y que no hay por qué despreciar.

Por otra parte, y aunque suene un poco duro decirlo, recuerda que si has venido a China a adentrarte en su modo vida, dedicar tu tiempo a establecer relaciones con otros extranjeros supondrá una mala inversión en la mayoría de los casos, y como ya he mencionado antes, es fácil que te acabe atrapando en el temible círculo de “inadaptados autocomplacientes” que se dedica a amargar al personal en cada campus de China.

Tampoco olvides que si no hablas chino, algo tan normal como reservar un ticket de tren o dar con el autobús que te lleve a ese evento cultural que te interesa puede resultar mucho más complicado de lo que crees, y es en esos momentos cuando más agradecerás haber hecho amigos chinos.

3- Búscate una pareja local.

Tener buenos amigos chinos puede suponer una clave para ser invitado a pasar el año nuevo en familia o participar en todo tipo de costumbres populares o festivales tradicionales, pero a la hora de entender la sociedad china pocas cosas resultan tan beneficiosas como establecer una relación íntima con una persona local.

Contar con una pareja que haya crecido en China no sólo te puede ayudar a mejorar tu nivel de chino, sino que además puede suponer una gran ventaja a la hora de discutir o interpretar cualquier cuestión por delicada o incómoda que pudiera sonar a tus amigos chinos. Ahora bien, conviene que seamos cuidadosos a la hora de ligar, porque en China echarse novio o novia generalmente acarrea un compromiso y unas expectativas bastante más sólidas que en Europa, Norteamérica y otras muchas regiones occidentales.

4- No te dejes impresionar por los conceptos culturales como “guanxi”, “mianzi” y otros muchos que tanto chinos como expatriados utilizan para explicar las claves de la cultura china. Si los observas desde un punto de vista menos rígido, descubrirás que detrás de ellos hay fenómenos tan corrientes como los negocios y tejemanejes entre familiares y amiguetes, o el sentido del honor personal y familiar. De hecho, la mayoría de estos conceptos hacen referencia a aspectos bien conocidos en la cultura mediterránea, aunque es probable que resulten más inquietantes para las personas de herencia protestante, y de ahí que recurran a este tipo de etiquetas exóticas.

5- Busca referencias que provengan de tu área de influencia cultural

Antes de lanzarte a leer artículos sobre la vida en China escritos por expatriados alemanes, ingleses o norteamericanos, trata de buscar fuentes que compartan tu herencia cultural. Basta echar un vistazo a la historia para recordar las diferencias en el estilo de colonización de las potencias de la Europa del sur y la del norte para entender lo diferente que puede resultar “adaptarse” a la vida local para los anglosajones o para los latinos.

Además, a estas alturas existe una gran cantidad de blogs, páginas web y foros escritos y administrados por y para personas de habla hispana (Chinochano, Chinalati, Zai China, etc.), donde puedes encontrar información detallada sobre casi cualquier aspecto que te pueda interesar sobre la vida en China.

6- Cómete lo que te sirvan y trata de generar buen ambiente en la mesa

Las comidas y cenas son un aspecto de importancia vital para estrechar lazos en el seno de la sociedad china, y además constituyen una ocasión de oro para asimilar la mentalidad local.

Al igual que ocurre en muchas otras culturas, en la tradición china, ser invitado a una comida o cena, implica disfrutar de la comida y la bebida servidas tratando de complacer, o al menos no contrariar, las expectativas del anfitrión, quien además esperará que sus invitados contribuyan a “entretener” la velada. Por ello es importante comer sin timidez y sin escrúpulos lo que se sirva en la mesa, y generar un buen ambiente de celebración entre los comensales, ya sea proponiendo brindis, contando algún chiste o historia graciosa, o incluso cantando una pequeña estrofa.

Por otra parte, en lo relativo a la comida, los ciudadanos provenientes de países del suroeste de Europa y de Latinoamérica contamos con una gran ventaja de adaptación frente a los llegados del noreste europeo y Norteamérica, donde se ha perdido la costumbre de comer entrañas, un ingrediente habitual de la deliciosa gastronomía china.

7- Ten cuidado con tus gestos faciales y corporales.

Dentro de la tradición china, las expresiones faciales suponen un elemento de la comunicación corporal que se trata con un especial nivel de cuidado y atención. Al contrario de lo que muchos piensan, no es que los chinos sean inexpresivos por naturaleza, sino que desde pequeños son educados para controlar sus gestos corporales y evitar hacer muecas, costumbre que muchos consideran como un signo de la falta de educación o como fruto de una rara despreocupación por las arrugas.

En cualquier caso, durante mis andaduras por este país, me he fijado que no pocos occidentales descuidan este aspecto incluso en cenas y comidas importantes, sin advertir que un gesto de disgusto por el plato servido no sólo supone un desprecio hacia el pobre cocinero, sino también hacia el anfitrión, e incluso hacia aquellos invitados que se sientan identificados con dicha especialidad culinaria, algo muy corriente en un país tan amante del buen comer.

8- Flexibiliza tu concepto de higiene.

China es un país EN DESARROLLO. No hagas caso de lo que ves en la tele sobre sus ciudades, porque rara vez se preocuparán de enseñarte la parte más molesta de los procesos de desarrollo económico y social. Puede que nuestras calles en Bilbao o Santiago de Chile huelan de forma aceptable porque contamos con sistemas de alcantarillado y recogida de basuras que mantienen la peste de nuestros desechos lejos de nuestras narices, pero es muy posible que esto no sea así en buena parte de la “China profunda”.

Por supuesto, Pekín, Shanghai o Guangzhou son ciudades bastante limpias a estas alturas, pero cuanto más al interior y más al oeste nos movamos, más difícil resultará llegar a los estándares de higiene a los que estamos acostumbrados. De todos modos, si uno anda con cuidado y se ha vacunado según lo aconsejado por la Organización Mundial de la Salud, no hay por qué preocuparse demasiado, y además estar en contacto con un poco de porquería de vez en cuando no es malo para el sistema inmunológico.

9- No olvides tus principios.

Otro tópico con el que probablemente te encontrás reza que para integrarte en la sociedad china tienes que olvidarte de tus principios morales o éticos, que tienes que ajustarte a su tradición autoritarista, y que hay que recurrir a la corruptela para triunfar en los negocios. Sin embargo, personalmente, prefiero no tomarme demasiado en serio estos consejos, por dos razones fundamentales:

1) A pesar de que es cierto que en China el autoritarismo es una realidad palpable desde la familia hasta las organizaciones políticas, y que la corrupción campa a sus anchas en gran parte de las esferas de la vida social, ser chino no implica ser autoritario y corrupto, y al igual que ha ocurrido en España desde el franquismo hasta estos días, dichas tendencias pueden verse alteradas a medida que el espíritu democrático se abra paso en el ámbito cultural, político y social.

2) Si simplemente aceptas las normas de actitud y conducta que imperan actualmente para obtener éxito en la sociedad, te encontrarás con que apenas hay diferencias relevantes entre las estrategias de los “trepas” chinos y los españoles. Pero si optas por ser leal a los principios meritocráticos y democráticos en los que se supone que nos han educado, te encontrarás con la valiosa oportunidad de relacionarte con otro tipo de chinos, menos conocidos quizás, pero mucho más interesantes por sus aspiraciones de renovación social y cultural, y sin que ello implique renunciar al desarrollo de una carrera profesional exitosa.

10- Cuando te encuentres con los que vamos de expertos en cultura y sociedad china, date la vuelta y sal corriendo.

Por lo general, a muchos de los que nos hemos propuesto el reto de integrarnos y comprender la vida en China, nos afecta una especie de “sabelotoditis” bastante cargante. Y a pesar de que muchos no llevamos el tiempo suficiente en el país, nos entra ese deseo irrefrenable de iluminar a los “iniciados” con nuestra dudosa experiencia, que en muchas ocasiones subraya los aspectos más negativos de la sociedad, y acaba desanimando al recién llegado.

Cuando llegué a Wuhan sufrí esta suerte de instrucción a manos de más de un listillo,  y más tarde yo se la hice sufrir a otros tantos incautos, incluidos los pobres lectores de este blog. Sin embargo, recuerdo que cuando “los veteranos” me repetían sus “ya lo verás”, y me aleccionaban sobre los pros y los contras de vivir en China, yo me aferraba al entusiasmo por sacar el mayor provecho posible a la experiencia de vivir en un país que, aun a pesar de todo, sigue siendo uno de los más interesantes del planeta.

Por eso, aunque es muy difícil no perder el optimismo en los momentos más complicados, espero que los que os animéis a la aventura china podáis hacer amigos que os ayuden a alimentarlo día a día, y que nunca necesitéis volver sobre los consejos y advertencias de esta pequeña guía.

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